martes, 8 de mayo de 2012

“¡Fue probar los pinchos morunos y cogerle gusto!” Vlad el Empalador.


Esta fue la explicación que este “amable” noble rumano dio cuando le preguntaron por su predilección por castigar a traidores, ladrones, adúlteros, etc. con un simpático método de tortura que le dio su sobrenombre.

El método (muy agradable) consistía en introducir un palo de aproximadamente 3,50 m de longitud, por el recto y después levantarlo para que la víctima muriese lentamente.

No hacía distinción de rango, posición social o religión, salvo que cuanto más alto era el rango, más alto era el palo. Vamos que creía en el principio de la igualdad… Todo un revolucionario.

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