Durante la noche del 19 de julio del año 64, estalló en Roma
un incendio que devastó la ciudad, aunque los cristianos se confesaron
culpables del incendio (confesión obtenida probablemente bajo el siempre fiable
método (para encontrar culpables) de la tortura), hay quien dice que fue Nerón
quién comenzó el incendio para remodelar la ciudad a su gusto.
Nada más lejos de la realidad, lo que ocurrió fue que para
su cumple le habían regalado un zippo y un vale para comprar gasolina, como en
la época no había coches ni tabaco, no se le ocurrió mejor manera de darlos
uso.
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