domingo, 30 de septiembre de 2012

“¿Te importa que te paguemos con piedras?" Pelayo a Al Qama




Don Pelayo fue un noble visigodo que posteriormente se convertiría en monarca del reino de Asturias y que durante las incursiones árabes a la península Ibérica, lideró dos rebeliones. Tras la primera, en  718, fue llevado prisionero a Córdoba, de donde escapó, para liderar una segunda revuelta (se ve que era un hombre constante… o terco como una mula). El caso es que se negaron a pagar  los impuestos exigidos por los árabes (tipos listos, ¿quién quiere pagar impuestos para que se lo lleven todo cuatro corruptos, (o peor, los bancos)? Menos mal que los tiempos cambian ¬¬)

El caso  es que en 722 y puesto que Munuza (el bereber de turno que los árabes pusieron como gobernador) fue incapaz de someterlos pidió ayuda a Córdova  y fue enviado el general Al Qama para acabar con el problema (en realidad querían cobrar, o desahuciarlos, como hemos dicho antes, esas cosas que ya no pasan).

Cuando Al Qama dijo que quería cobrar, Pelayo dijo que por supuesto, que le acompañara a donde tenían las pied… el dinero.  Y le condujo a donde los rebeldes esperaban a los musulmanes, un lugar estratégico para hacer perder la capacidad de maniobra de sus tropas y emboscarlas (sucio, como a mí me gusta). Cuando llegaron  Pelayo se dirigió al general  acuñando la cita que hoy nos ocupa, acto seguido llovieron sobre los árabes, palos, piedras,  flechas, ñordos (no, esto último no). A la vez que unos  soldados escondidos cargaron desde una cueva que para los musulmanes había sido invisible (llevar gafas o morir, si ya lo digo yo).

Así empezó la batalla de Covadonga, considerada el arranque de la reconquista y por eso  “Asturies  ye España y lo demás tierra conquistada”.

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