viernes, 30 de noviembre de 2012

“Pienso, luego… Voy a dar de comer al perro” Descartes




René Descartes,  también llamado Renatus Cartesius, fue un filósofo, matemático y físico, considerado como el padre de la geometría analítica y de la filosofía moderna, y uno de los nombres más destacados de la revolución científica. Nació en Francia en 1596 y murió Suecia en 1650 (se iría allí por las suecas, porque dudo que fuera por el clima).

Como la de la mayoría de los filósofos su obra es extensa y aburrida (¿por qué les gustará tanto pensar?) así que si queréis conocer su obra, lo mejor es la Wikipedia, así en plan cutre y si no, pues leed sus libros.

No obstante (porque no obsta, ni a un premio, ni a nada parecido... ¿o eso era optar? Bueno, yo que sé), la ocurrencia que hoy nos ocupa tiene que ver con una de las proposiciones más famosas de la filosofía: “Pienso, luego existo”, que fue fruto de sus meditaciones metafísicas y que llamó la primera verdad.  Y tan orgulloso estaba de ella que la repetía en cuanto podía o hacía variaciones que tenía que meter con calzador si hacía falta. El colmo de esta costumbre fue un día que venía de comprar y un amigo le pregunto: “¿Qué llevas ahí? ¿dónde vas?” y saltó con esta genialidad.

El amigo le dejó de hablar, por pesado y por ese sentido del humor absurdo que hace que la gente te odie. El perro tenía comida, así que le seguía queriendo.

jueves, 22 de noviembre de 2012

“¡Ahora ya puedo salir de aquí!” Walt Disney.




Si a estas alturas de la vida necesitáis que os explique quién fue Walt Disney es que nunca habéis sido niños, o eso o habéis tenido una infancia muy dura… ¿Cómo lo hicisteis para sobrevivir sin tele?
Bueno, pues para aquellos de vosotros (los raritos) que necesitéis la aclaración os diré que Disney fue un señor que nació en 1901 y dedicó su vida a traumatizar a varias generaciones de niños (si no, los que lo conozcáis, recordad a la madre de Bambi) con sus películas de animación.

Murió de cáncer de pulmón en 1966, aunque existe la leyenda urbana de que Disney, pocos minutos antes de morir, fue introducido en una cámara y fue congelado a bajas temperaturas para que cuando la ciencia avanzara pudiera ser resucitado y sanar su pulmón enfermo.

Pues bien esto resultó ser verdad, y así cuando su compañía compró Marvel, Disney se frotaba las manos (tenía frío) pues ya tenía el secreto de los poderes de Lobezno y su cáncer podía ser curado. La siguiente parte de su maquiavélico plan era adquirir Lucasfilm y no fue para hacer MÁS dinero sobrexplotando Star Wars, no,  su intención fue desde un principio hacerse con el secreto de la carbonita y así poder ser descongelado como Han Solo. Así fue como, una vez realizada la transacción, Disney se sintió satisfecho y expresó la cita que le ha valido su aparición en este blog.

A título personal y dejando de lado a nuestro personaje de esta semana, preparaos para que en la próxima entrega de Star Wars aparezca un planeta de Mickie mice (el plural de mouse en inglés)  y que alguno sea jedi… O eso o se vuelven a cargar a la madre de Bambi.